miércoles, 7 de noviembre de 2007

Requisitario: recetario de la felicidad.

Primero ¿Por que siempre es tan difícil creer en lo que otros dicen?
Francamente no he estado bien. Todo parece tan confuso desde mi perspectiva. La escuela, los amigos, la gente, la otra gente, los momentos, las circunstancias, las personas (las reales), los espectros, la microbiología, la bromatología, tecnología farmacéutica, mi agujero interior.
¿Dónde esta esa persona especial? Quisiera salir un día de casa y que me estuviera esperando en la acera mientras llueve (que estupidez la mía! jajajajaja, mi idea del romanticismo es muy ambigua y a la vez muy chafa).

¿Qué debe tener un hombre para tener mi amor? Jajaja, lamentablemente no es tan fácil…
1.- Debe saber lanzar una roca con la puntería de un franco tirador (“Donde pone el ojo, pone la bala”), jajaja… jamás aludo al sexo!.
2.- No hay nada más atrayente que un hombre que sabe cabalgar… recuerdo que viví enamorada de mi primo “José M” porque era todo un jinete. El campo, sabía cazar conejos, rastrear animales, trabajar la tierra, adivinar las lluvias, contar sus tragedias como verdaderas comedias y sus aventuras como un juglar empedernido… (Ahh, Es tan difícil en estos tiempos tan complicados de repente encontrar un espécimen como esos...)
3.- Mi hombre debe saber y ser hábil: jugando canicas, baraja, trompo, videojuegos. Conocedor implacable de autos, música, historias. Debe ser temerario cazando ratones, reparando cosas, regateando, conocer lugares espléndidos, gozoso de los placeres tranquilos y solitarios, de un magnánimo sentido de la lealtad, la honestidad errada, ser franco con sus placeres personales… que me sepa robar el alma al atardecer y despertarme en las mañanas con la sensualidad de un susurro imperioso… (Chale, que pinché cursi me escucho…).
4.- Que comparta mi gusto por viajar y por despilfarrar el dinero en cine, teatro, pornografía, música, chacharas, artesanías, café y cigarros.
5.- Debe hacerme olvidar que existo, hacerme llorar de vez en cuando y reconciliarnos con la vehemencia de dos posesos inigualables.
6.- Debe hacerme arder, hundirme en su fango, limpiarme y resucitarme al tercer día, hacerme trizas y siempre volver como un campeón, dejarme ganar de vez en cuando las batallas aunque no tenga razón, objetar las ilusiones más pragmaticas. Debe entender mis señales, hablar mi idioma mudo, mi teatral conjetura, mi comunicación con mi amante debe ser tan plena que las palabras sean solo mero formalismo para el observador imparcial.
7.- Debe ser astuto con el cuerpo, el corazón y la mente, diferenciar la postura en cada situación, por analítica, jocosa, insignificante, precoz, objetiva, boba o filosófica que parezca.
8.- No me gustaría enamorarme de un tonto (jajaja, un idiota, por lo menos), quisiera a alguien que se hace el tonto cada que ando de mal humor, que me aguante por lo que soy y por lo que puedo llegar a ser, por la bebida y por el honor, por los besos y la lujuria…
9.- Quiero que me diga cuando esta cansado de mí, sin rodeos, que me conozca a tal extremo que me lastime sin hacerme demasiado daño. Quiero que el último capitulo de nuestras vidas sea el más espectacular de nuestra vida en común.
10.- Quiero que por último, cuando lo vea en brazos de otra mujer, sea capaz de mirarme a los ojos y decirme lo bien que la pasamos. Que sea mi amigo aún cuando no lo seamos.

Requisitos fisicos.
Manos grandes.
Barba.
Cabello semi largo.
Ojos tristes (opcional).
Mueca canalla.
Labios delgados.
Medir más que yo (1.65… cualquiera, jaja)
Bohemio.
Justo como quien?

Obvio, esto fue un debraye en todo sentido de la palabra.
Creo que mi hombre perfecto en este momento esta esperando a la mujer perfecta (lo cual me entristece mucho) por que no soy yo.
De cualquier modo es fantastico creer que la cuerda esta echada y que con cosas tan simples uno puede sentirse más solo.
La soledad siempre es mecanica. No se elije.
Ay, la verdad esque escribi todas estas babosadas porque ando muy triste. Eso me provoca ser patetica y practica. La verdadera razón esque el grial esta lejos y no me toca beberlo. Quisiera que me pasará algo verdaderamente extraordinario. Estoy sola y eso siempre es una cosa para ponerse medio sentimental. En algún lugar de mi subconsciente uno se pone digno, cierra la puerta a todo. Las oportunidades son para la gente hermosa y yo francamente estoy cansada, sin ganas de luchar por nada ni por nadie. El que alguna vez fuera el amor de mi vida ha ido diluyendose en una alícuota tal que a este paso muy pronto el recuerdo de mi desventura por él hara que se lo cuente a mis sobrinos a mis 45 años. No quisiera ser la tía amargada que se quedo pa vestir santos, pero a estas alturas “hermana brincada, hermana quedada”. No hay poesía en ninguna de las notas alegoricas de mi sonata de invierno. Quisiera que esto no sonara a un grito desesperado o a un anuncio clasificado, sino más bien como una nota resignada para futuras técnicas de aprendizaje. Lamentablemente uno siempre busca (para no engañar al espectador) que salga alguien entre toda la multitud errante, para concederme un deseo fugaz y que aminore un poco esta carga (siempre la compartida es la menos pesada), si tan solo supera lo que es amar… Amar es un capricho que los lujos y los desdenes no han tocado de verdad. Es una palabra mezquina y en verdad belicosa, pero siempre es lindo recordar o tener a alguien en el pensamiento. Y yo por supuesto me aferro a ese Cid Campeador que apabulla mis entrañas. No creo que él se acuerde de mí. Soy muy olvidable. El problema esque siento demasiado todo lo que me rodea. Si las cosas estuvieran en su pleno orden lleno de aspostasía, creeme, no estaría escribiendo cada marrada. A veces me gustaría que Javier Rojas P. leyera mi espacio. Nada más para que se enterara y no fuera la única destrozada en esta marejada de puteadas. La cosa es que no va así. Mis amigos los veo cada vez más lejanos. Nunca los tuve y ahora que los tengo creo que no están cuando de veras me esta cargando la chingada.
^Poniéndome un poco más dramática (a lo pendejo) quisiera no estar a estas horas pensando en Armando Glez. O en Pedro, Iván, Ese chico de 6º que se parecía a Paul McC, Emmanuel Glez., Marco A. Cruz Arredondo, mi maestro de teatro Marco Vidal, El ilustre, El barrendero, Oscar Buendía Toriz, Walter Ortiz, Jonathan Rojas Blancas, Daniel Martínez, El de carita pálida, Mauro Arrieta, Julián Torres Bernal, El chico de la casa verde, Alejandro, Ricardo Mungia, Edgar Torres, Isaias Quintero, Gerardo el que me enseño a tocar guitarra, Mi chico cine “Toño”, Eusebio Ruvalcaba, José Quintero, Roberto …y quisiera acordarme de más, me llegan como una marejada de recuerdos vagos… cómo sea, a nadie le importa llevar la cuenta… por lo menos los besos nunca fueron suficientes, el sexo (uf, ni se diga)…

A todo esto, me pregunto si vivir valdra la pena. Vale acaso perder un segundo de mi tiempo esperando a que el reloj deje de sonar. Basta con que dejes la almohada, pasa, te sientes cómodo?

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