domingo, 8 de septiembre de 2013

El triunfador



Su mirada permanecía expectante, sin decir nada o hacer algún movimiento que pareciera involuntario, cualquier situación que perturbara la calma, sería visto con horror por los asistentes   

La fina tensión en un hilo podía cortarse con una navaja afilada, cualquier sonido que saliera de sus bocas, podría darle ventaja y hacer de alguno el vencedor.  Todos estaban mudos, con las manos en las bocas, sin hacer el menor sonido que pudiera perturbarles.

Llevaban días así y ya habían pasado muchas cosas entre ambos, eran gladiadores del silencio insospechado, cada cual tenía una manera de llevar las cosas a un límite desconocido por su oponente, y ambos estaban agotando los recursos y la estrategia, se les veía en un hastío tal, pero sin animos de ceder.

  En varios imperios se había derramado sangre innecesariamente, de civiles que lo unico que sabían era un honor mal trecho y una idea vendida entre ceja y ceja que no les daría de comer a sus familias, y conpavor pudieron ver los vestigios de la guerra.  

Se habían cansado de mirar. No querían sangre, ambos pertenecían a reinos lejanos rivales, y querían arreglar las cosas sin involucrar más vidas que las propias.  Ella lo miraba expectante.  La piel brillaba por el sudor, la sangre y la violencia.  Él estaba suspendido en sus ojos.  Ni siquiera era capaz de  ver las heridas propias provocadas en su cuerpo formidable.  Ambos habías preparado sus cuerpos para eso, para el ultimo aliento, la ultima entrega.  Luchar por la libertad que les habían vendido su pueblo, agotarse en el cuadrilatero, sin más, no desistir.  Ambos representaban sus países con cierto orgullo animal, como razas expedidas por el demonio.  Estaban ahi para cumplir su destino abismal.  Ella sin saberlo era sensible al tacto, a las manos mullidas y el estomago de roca, era capaz de celebrar las cadenas que les unen con una fiesta parroquial en la alegoría que les espera si ganan.  Cuando nuevamente las armas y la furia desencadenaron, ella dejo caer las manos y se dejo vencer en un acto de derrota tardía.

La euforia de los ganadores hizo que los asistentes del otro lado bajaran los rostros con verguenza.  Se sentían enojados por haber elegido una mujer.  Ella quedo en el suelo.  Cerro los ojos en vilo.  Y por fin descanso su ser. 

Mala suerte?



I
 Había leído poco de ese autor. Si no es que casi nada, pero me tenía entusiasmada con alguna prosa que leí por ahí. En mi entusiasmo más enfebrecido, tome el libro entre mis manos y corrí hasta la caja del súper. Versaba "Ofertas" el letrero. Y no me lo podía creer. Estaba yo maravillada de que estuviera ese autor ahí. Deseaba con todas mis ganas ese libro. Pague. La cantidad: 75.90 pesos. No tenía más dinero, pero valía la pena. Ya tendría que leer en cuanto abordara el autobús. Muchas horas me esperaban de Mazatlán a casa. Salí del centro comercial, con la sonrisa plena, con el alma atolondrada por mi compra. Me acomode en el asiento, cerré mis ojos, ni el ruido de mi hermano roncar, ni el sistema de aire acondicionado mal equipado haría que despegara mis ojos de esa joya literaria. Abro el libro... Una hoja impresa sí... otra no... Una sí... otra no... Cerré mis ojos. Estaba enojada... mucho. Los cerré con fuerza y fingí dormir.

  II

 Llevaba muchas horas formada, pero valía la pena. Había esperado con ansiedad casi adolescente poder estar ahí. Espere pacientemente hasta que fuera mi turno, deseaba ese boleto, ya me veía ahí, gozando de ese placer tan magnifico... faltaban solo 5 personas más para que fuera mi turno. Salen a anunciar "Agotados". Reclamos, enojo colectivo, mucha ira... No hubo respuesta para calmar esa hiel.

  III

 Es lunes, mi papá me ha dado un billete de 100 pesos para todo el mes. "es mucho dinero para una persona que va a la secundaria", alega él. Debo cuidarlo muy bien, porque mi papá no me dará más. Ni siquiera para los trabajos escolares. Para llegar a la escuela tengo que tomar dos camiones, uno que me acerque al segundo que me dejara a unas cuadras. Al subir pago al chofer con mi flamante billete. Me dice "recórrete hacia atrás". Y yo digo "pero mi camb...”. ¡Recórrete! Grita. Soy una niña. No sé lidiar con adultos, pero me pongo atenta. El microbús se llena al tope y no sé como regresar a la entrada para solicitar la devolución de mi cambio. Se me ocurre una idea. Por lo regular, donde bajo bajará mucha gente. Mi plan no tendrá falla. Bajare rápidamente y correré hasta la puerta principal para pedirle mi cambio. No fallará. Al llegar al sitio donde bajo, doy un salto tremendo y corro hacia la entrada. Para mi suerte... nadie más bajo y el camión salió disparado. Y lo veo partir, con el dinero de todo el mes y yo a medio camino de llegar a la secundaria...

  IV

 Tenía mucha hambre. Demasiada. Salí a comprar y me decidí por pollo K. Pedí pacientemente mi paquete. No tenían cambio y me hicieron esperar. Cuando por fin me dan mi cambio, olvidaron que les di un billete de otra cantidad. "me falta", le dije a la cajera. "Ya te lo di" - Asegura con firmeza. "No. Dame mi cambio", repetí con firmeza. Murmuro algo, luego me dio el resto y espere mi comida. La chica me dio un paquete cerrado que yo no revise, porque siempre lo hago, pero esta vez no. Camine largo rato, compre otras cosas para mañana desayunar. Me quede mirando otras más y tonteando por la calle. Llegue a casa y esta vez dispuesta a comer con mucha hambre. Faltaba la pieza más importante. ¡Me la pase tonteando más de media hora... carajo! Pensé en ir a reclamar, pero recordé la escena del dinero.  ¡Siempre me pasa! Olvidan darme bien el cambio, no me dan las cosas completas, estoy tan enojada.... Después de quejarme amargamente con mi pobre novio me doy cuenta que adicionalmente me había timado en otra cosa importante. Me enfade, esta vez me enfade en serio. Tome las cosas, salí furiosa a reclamar... y llegando ahí, no tenía el ticket. ¡Tenía todos los tickets del mundo, menos mi argumento con el que bien pudiera salir bien librada!... me quedo ahí bastante rato... recordándome como Alejandra la mala suerte. Cerré los ojos. Calma... calma... Tire la basura en su lugar. Fui al baño, estaba muy molesta conmigo misma, siempre me pasan estas cosas tan absurdas... cerré los ojos. Recordé. Recordé todas esas veces ya enterradas en la memoria. Camine a casa, tonteando otra vez. Pensando en mi propia estupidez. Pienso en mi estupidez todos los días y en cómo me he esforzado para dejar de serlo... y sin embargo, la gente es, difícilmente cambia. Me siento tan torpe. Camino a casa y llegando me quito las botas. Busco bajo la cama mis pantuflas de estar... y ahí esta. El ticket burlándose de mí. Cierro los ojos. Y suelto una carcajada tremenda. Caso cerrado.

V

Había dejado de creer en la mala suerte. Mi mamá siempre me decía que eso no existía.  Que la suerte se la hacía uno.  Le decía "Mamá, esque me pasan cosas tan tontas, me hacen sentir muy torpe, muy indefensa, muy fuera de mi..."  Y ella decía "Quizá tu atraes eso, porque así lo piensas, si dejaras de atraerla, quizá las cosas serían diferentes".  Pensé mucho tiempo en eso.  Un buen día empece a pensar diferente.  Pero hay días, jeje, días y días que cuando me suceden estas cosas, me hacen recordar todo esto, como en una ráfaga de recuerdos amargos.  Y nunca sé como reaccionar.  Y reacciono siempre de la peor manera...

martes, 4 de junio de 2013

Toc, toc

Toco la puerta. 
 -Déjame entrar, por favor 
Nada, solo silencio 
-Déjame saber... 
Solo silencio. Y sigues así, sin decir nada, sin explicar por qué... Sigue así... algún día me acostumbraré al silencio, ya no esperaré nada, no más.

A ti

He meditado mucho en las cosas que me han ocurrido hoy en día. Sentimentalmente me había subestimado. He padecido de una enfermedad milenaria, una enfermedad llamada tedio, otra llamada enamoramiento. En la primera es fácil salir, la he conocido . Las cosas ocurren de manera natural. Mis ojos han estado cansados y se preocupan de cosas que no deberían. He sentido mi corazón debilitado. Mi alma se ha inhundado de sensaciones oblicuas. Mi fé ha perdido entrañas para disimular con fiereza el mecanismo de defensa, se ha inanimado. Ya me canse Amar para mi fue algo novedoso. No deseo amar más. Mi corazón se hincho a un tamaño insospechado y debilito su palpita ansiedad: Inmortalizar Correr, corre al punto de perder el aliento, por por aquel sendero matizado de obstáculos. Escucha el susurro de la culpa. Cerrar los ojos, sentirse aterrado... hace cuanto tiempo que no podías dedicarle notas tristes a la vida. Suena a lo lejos una canción que rememora esos años de felicidad compartida, de risas titilantes, de campanas que resonaban ante un futuro brillante y bonito. ¿Por qué te extraño? Es una buena pregunta. He tratado muchas veces de explicármelo con palabras sencillas, pero siempre es la misma tonta sensación de no poder más, de no hacer más... A veces me llega un alivio involuntario, el escozor deja de ser molesto un par de días y por fin siento que va a desaparecer. Me lleno de entusiasmo, comienzo a planear una vida sin ti, y entonces caigo, como un drogadicto de nuevo, a mi vieja rutina de pensarte, de ansiar la bocanada de alientos entrelazados. Mi corazón se encuentra en un limbo. Acostumbrado a querer, a odiar, a sentir algo. Hoy se encuentra perdido, emocionalmente destrozado, caído en balde por una guerra ridícula. Sería bueno poder despertar y dejar de fumarte entre comidas, a la hora del sueño, a la entereza de despertar... Ahí estas, entre ceja y ceja, perdido, abatiendo mis barreras, mis sentimientos, mis loqueras, invadiendo mis dedos que escriben como artificios, sin escalas o tiempos, sin una necedad anticuada. ¿Dónde estas tu? ¿me extrañas? ¿me stalkeas? ¿sientes algo por mi? ¡¡Que digo!! ¿Sentiste algo por mi? a estas alturas es lo que más me preocupa, porque si fuera cierto la mitad de lo que dijiste... Ya estarías en casa, a mi lado, nuevamente, sacándome una risa o una lágrima de felicidad...

El asesinato

El señor de la risa siniestra miraba a su alrededor en espera, acechando sarcásticamente. Ella se sentó frente a él. Tenía días mirándolo. Él se sorprendió al principio, pero le agrado la osadía de la chica. Ella se inclinó hacia él y lo tomo del brazo. Susurro a su oído una conspiración, algo hizo que le temblaran las piernas. Volteo a mirarla y ella sonreía cándidamente. Tenía algo: mezcla de horror y espanto en esa cabeza tan linda. Ella sonreía. El la tomo del brazo, la sintió pequeña, frágil. Un molde inesperado. Ella se dejó tocar y su vello se erizaba. Él temía ahora, pero era un hombre grande y rudo. Un hombre así no puede hacer más. Ella se acercó y lo abrazo. El no hizo nada, se quedó suspendido en su olor, en la presencia avasalladora y en su perfume frutal. Cerró los ojos. Se sintió en casa. En ese breve instante se supo perdido… y estallo… en mil pedacitos…

Dos, uno, dos... uno.. uno...

Había veces en que estaba tan entusiasmada con los eventos que estaban sucediendo que me dejaba arrastrar por la bruma. Otros días tenía esos ataques de euforia característicos de la gente bipolar. Me arrancaba una risotada pensar en el futuro, en mi vida sin ti. Pero hoy es un día rojo. Lo más raro es que tuve el periodo hace 12 días y nuevamente hoy. No he reparado en hacerme una revisión ni nada por el estilo. La verdad es que solo tengo tiempo para dormir o pensar en cómo sanar de tu recuerdo. Ayer venía pensándote. En cómo te posabas entre mis piernas y me abrazabas. En cómo me necesitabas y yo a ti. Me acuerdo y me sale agua de los ojos. No sé si sea tristeza o solo líquido para drenar. Aguante muchas cosas, aguantaste muchas otras más. Al final del día el filo de la navaja corto la tensión entre los dos. Y ese círculo… nos arrastró hasta el fondo de un abismo interminable. Ese frágil puente al que nos aferrábamos de polo a polo, esa comunicación fastidiosa, esas charlas sin sentido. Al final ocurrió lo más natural. Yo estaba loca. Me lo hiciste saber. Estaba loca y ya no pensaba con claridad. El temor de esas noches solitarias donde habitaba en tu recuerdo. Me sumergía en tus ojos, pensaba en tu sonrisa, en mis ganas por tus manos, por tu boca recorriéndome. Te extraño. De la manera más purista y carnal posible. Te extraño. No dejo de pensarte. De extrañar todo de ti. Porque yo te proyectaba en mi vida de manera permanente. Quería que fueras mi aliento, lo primero que mis ojos embelesados pudieran contemplar. No tendrás jamás una idea de lo mucho que te quiero. No podrás imaginar si quiera lo mucho que me haces falta. Pero ya qué. Cerrar los ojos. Continuar. No existe un amor predestinado… Nunca lo hubo. Que ingenuidad la mía.

lunes, 18 de marzo de 2013

Anatomía

Avanzas lentamente por mis venas, te deslizas firmemente por mi brazos... te sujetas fuertemente de mi valvula mitral... te acomodas sin sentido en mi hipofisis, en mi vena cava superior, te deslizas por un brazo, llegas a la piel, te arrastras, eres un veneno potente y efectivo...
A veces siento que no volveras, que cerraras la puerta por dentro y entonces no podre entrar. A veces pienso en mis pesadillas recurrentes, pienso en como me despierto llorando, pensando que hoy es el día en que dejaré de respirar por ti. Es triste pensar que mi actitud mejoraba cada día y me enfrentaba a una nueva forma de mutismo, era pensar que podía hacer muchas cosas, o que podría resolver todo poniendo mi mejor actitud. Cuando me mirabas a los ojos y me prometías las certezas más maravillosas, me decías que todo iba a estar bien me sentía segura y en paz. Hoy retiras tus palabras y me encierras en una soledad disfrazada de dureza e insinuas que no lo lograre. ¿No me dices nada? ¿Hay algo que deba saber? ¿Por qué sigues callando cuando hay que decirlo? ¿Por qué disparas tus misiles cuando no puedo defenderme? Mi naturaleza es incauta en las artes del amor. Y eso me ha reducido a una mujer rogona, estúpida y anhelante. Sedienta, siempre sedienta. De algo que me has dicho, jamás serás capaz de darme: Palabras. Me conociste siendo juglar. Hablando de muchas cosas, de palabras cultivadas en la lengua poetica y de maquillaje mellitus en los dedos... y hoy siento como un "no sabía que ibas a necesitar más de mí". ¿Qué quiero de ti? Todo. ¿Por qué? Me malcriaste con palabras hermosas y "all you need is love". ahora solo me dices que algo no anda bien y no sabes que es. Yo sé. Te asfixio... me asfixio. Quisiera volver a ser normal. calmada. Estoica. Depresiva. Ocultando mi vouyerismo intelectual y mi sermón de palabras para un amor intocable y lejano, para mi corazón vacilante y entero. Hoy pido todo y se me niegan las palabras. Quisiera no amanecer y recordar tu nombre. A veces me sumergo en el sueño y vivo una fantasía preciosa... y vuelvo a ser yo. Pero despierto y tu nombre llega a mi mente en automatico, mis labios te pronuncian y me vuelvo de nuevo ese guiñapo ahelante y opaco. El amor debería ser mirarte a los ojos, besarte la boca, despertar junto a ti, verte dormir y poder tocarte. El amor debería ser esperarte en casa, con la cena preparada, un baño de azares y mi cabello perfumado... El amor debería ser descansar por las noches y despertar cada día con una nueva ilusión que evoque lo anterior... He sido tuya tantas veces... y he sido maltratada muchas más. Sería ridiculo decir ¿por qué me enamoraste sino ibas a darme todo ese amor que me había negado hasta entonces? ¿Por qué insistir en que te amara y presionarme? ´¿porque decirme que era la mujer más hermosa del universo?.... Lo necesitaba... fui tan feliz mientras estabamos juntos. Pero luego vinieron los reproches, los "mata a esa vieja loca que no no hace felices", los "Yo me esfuerzo por esta relación y me reclamas", los "yo te amo porque tu me amas...". haría una lista de tus frases que más me han lastimado... haría un descabellado recuento, porque mi cabeza no olvida esos detalles... se martiriza, se envenena, se mortifica... Cada delicada frase es una delgada punta afilada que destila veneno en mi ser. Tu eres un señor con verdaderos problemas, eso me haces pensar siempre. Me haces pensar que mis problemas son insignificantes. Mis problemas son míos, me duelen, porque es la realidad que me ha tocado enfrentar. son cosas con las que convivo, las que me aquejan, las que no puedo controlar, porque es parte de mi inmadurez emocional. Me he disculpado tantas veces... por ser ingenua, por ser ignorante, por ser no madura. Y es agotador correr y anhelar estar a tu altura. ¿Para que esforzarse en correr si ningún esfuerzo de mi parte parece ser suficiente para que me mires? Me siento como un niño poniendome de puntitas frente a un mostrador solo para que el vendedor lo mire con respeto. Tengo 28 años. No tengo hijos. Jamás he estado casada, jamás he salido de mi casa. Soy una persona que se calificaría de ingenua y para variar, imbecil. Mis bigotes de leche, mi inmadurez emocional, mi corta mira hacia la vida es la realidad que me ha tocado vivir. No pienso disculparme más por "estar re chavita"... Ya estoy enamorada de ti, eso es verdad. No puedo dar la vuelta atras y decir "si en ese carl´s jr me hubiera largado sin mirar atras, todo en mí sería diferente". Porque no es así. No hay un "hubiera". No hay un "ojala". Solo hay un "amo a ese hombre por sobre mi dolor, por sobre mi sufrimiento personal, por sobre que no me ame como sé que yo lo amo". Si ese hombre fuera gordo, lo amaría. Si ese hombre no tuviera un centavo, lo amaría. Si ese hombre es valemadre, lo amaría. Si ese hombre me engañara... aún lo amaría. Si ese hombre me pidiera dejar a mi familia por él... aún lo amaría... Qué insana! que insalubre! que pendeja soy en el amor! Yo hablando, bla bla bla... yo expreso mi dolor en palabras, así les doy forma, asi hablo de ellas, no hablo de ellas en la calle, con mis amigas, en mi casa... solo aqui, en mi espacio personal. Aqui es donde explayo mi amargura para salir al campo de batalla ordinario y decir con una sonrisa "muy buenos días". así enfrento mi dolor y este blog no sería hoy la excepción. No sé que tan desgastados esten los argumentos o si la situación se torna polemíca cada vez que te miro.

Extranjero

Dormir. Despertar para seguir durmiendo. Me declaro fan de tus ojos, del iris brillante que emanas. Esta lloviendo. Las gotas son sinceras. Me declaro en bancarrota. Estaba a punto de salir y olvide mi impermeable. Tarde casi 15 minutos en llegar. Mire el reloj. Si, era hora. Una bocanada más de cigarro para el frio. pero se moja. Soy una sopa. termine de leer el libro de "canibalismos y otras filias". Reí largo rato. Reí y pensaba. El café me supo amargo, veo el coxis de la dependienta mientras limpia el vidrio las gotas que son necias al caer. Miro nuevamente el reloj. No llegaras. Eso lo sé. me acorruco en una esquina sintiéndome extranjera. En todos lados así me siento. ¿será eso normal?

Hombres necios que acusais a la mujer sin razón...

Me hubiera encantado que me vieras entre toda esa gente. Que me notarás. Que supieras que soy alguien memorable, alguien digno de ser alguien en tu vida. Pasaron los años. Y yo me case, me divorcie, hice estupideces en mi vida. De la nada te acercaste, me invitaste un café. -Me llamo X. -Si, lo sé. Me miras sorprendido. Me enfade conmigo, no hubiera hecho ese comentario. Te ríes. Sonoramente. -Que bien, entonces... al menos podemos reducir la conversación a ti. Me hubiera encantado que las cosas no fueran tan diferentes. Teníamos más más de 12 años de conocernos, de sabernos los gestos, de dimensionar en las caras, de articular con soltura. Habíamos pasado por tantas cosas, y la simetría siempre era la misma.Me siento en la cumbre de tus ojos. Te permito la entrada al territorio de los desvalidos. Mi espalda esta cansada de curvarse entre el pasado, el presente y la falta de futuro. -Fui a tu concierto y me gusto. Pero el final fue catastrófico, casi un crimen. -Me hubiera gustado que en nuestra primera cita no terminar peleados. Lo cierto es que el Hubiera no existe. Es solo una excusa barata para excusar un acto de arrepentimiento. Pero no hay rencores. -¿Sabes? No, no sabes... nunca sabes. Solo provocas... quizá lo único que bien sabes como robarle el aliento a una mujer a primera vista. -¿Recuerdas los Besos de sandía. -En el alma. -De verdad, Alejandra, Espero tu re-vindicación, vuelve pronto a esta ciudad, será bueno verte menos estresada, más... feliz! -¿Feliz? No me ofendas... eso no existe. -Nunca cambiaras, ¿sabias eso? -No quiero cambiar, estoy muy vieja para eso. -Bueno, el día que así lo decidas, quizá te rodees de cosas buenas. Ya sabes: un esposo, hijos, un perro, un gato, una casa blanca, estabilidad emocional... -Quizá. Pero esas cosas no son para mi. Desde que te fuiste de mi vida renuncie a esas cosas. -¡Qué mal! Yo que creía que eras otro tipo de persona. ¿Sabes? Al oírte hablar de verdad me haces sentir que fue buena idea separarnos. Mirate ahora, eres una mujer amargada que das pena a ti misma. Y yo en cambio... -Ni lo digas: eres feliz, casado, con hijos y estabilidad emocional, ¿no? -¡Así es chica lista! -Bueno, creo que no estoy para escuchar esas cosas, menos de ti... -Solo quiero que seas tan feliz como yo lo soy. -Anda, largate a tu casa. -Eres la mujer más húmeda, hibrida, demencial, vòlatil, socarrona, inmersa en tus deseos, con las piernas abierta, el alma en un hilo y los anhelos sofocantes, que conozco. No sé. Sería una pena que todo ese fuego se extinguiera. mereces más. -Algún dia lo desee tanto como tu mencionas. Solo que cuando te fuiste, me he secado por completo. -Lo siento... -Ya no importa. Cuidate.

Celos

I Ella cerró los ojos mientras él acariciaba su hombro íntimamente. El acerco su boca y permanecieron sin tocarse, pero con los labios muy juntos, herméticos, tomándose toda la calma del mundo, compartiendo una intimidad que excluía a todos los demás. Ella acaricio su cabello y dejo que él abriera su blusa. El mostro una piel fina y pululada, propia de los calosfríos. Y yo permanecí muda. Todos estábamos ebrios, algunos casi en el ensueño de la mórbida etílica, pero yo no podía conciliar lo y los miraba de manera pervertida, con un calor corporal que nada se parece al deseo, más bien era una sensación hiriente, cortada, frustrante. Él se portaba de manera natural, se miraba en sus ojos la necesidad de ella. Y yo la odiaba. Es mi amiga, pero no pude evitar sentir esa punzada de celos. Quería levantarme y gritar. Pero me contuve. En mi hombro estaba relajado y ronroneaba en susurros otra persona. Otra. Sin embargo no podía sentirme bien. Él me había dejado y en su momento me pareció bien. Pero ahora no. No puedo aceptarlo... estoy que me carga el demonio. Me cogió de manera accidentada. No sé. Nunca desee que fuera de ese modo. Me comporte como si nada sucediera y él lo entendió de la manera equivocada: no quiere conmigo, al diablo con ella. Si... Así fue. No me sentí deseada, pero ahora me siento total y absolutamente usada. Y sigo odiándola... II La mire por medio del espejo. Con esos sutiles brillos dorados, un halo de inocencia y de ternura, una belleza sin igual, una blancura y una gracia... Y miré mi propio reflejo. Once años... un moco indefinido: morena como mi viejo, no era mujer a pesar de que se asomaban mis pechos pequeños, no era femenina a pesar de portar una coleta y una vagina, no era atractiva, olía a tierra, a sudor, a abandono. Miré mi nariz enorme, mis ojos sin gracia, mi piel pálida, mis pelos rebeldes, mi vestido de niña a pesar de ser alta... yo era un chico. Y mi madre era tan hermosa... Mi padre llegó Nos miro a ambas. Beso a mi madre apasionadamente y ella salió al cuarto de baño. Mi padre me miro. Nunca olvidare esa visión en sus ojos: una mezcla de decepción, melancolía, tristeza, enojo. Y dijo en voz todavía hiriente, carente de emoción o de ternura: " No eres... Ni serás nunca la mitad de bonita de lo que es tu mamá... ". Siguió con su discurso, pero ya no lo escuchaba. Mi cabeza se lleno de un calor irreverente, demencial, volátil. Mis ideas se pervirtieron y en ese momento me obligue a crecer, y a ser absolutamente lo contrario a lo que es mi mamá, porque había dejado de ser mi mamita... se había convertido en una competencia… y no supe en qué momento me había colocado en ese punto de partida a la carrera... Quise azotarme en la pared, gritar, meter la cabeza en el agua fría, destrozarme el rostro y cortarme los miembros... Pero... como siempre... permanecí callada mirando la ventana, olvidando como llorar o sentir. Y mi papá salió, dejando pasar el olor dulzón que mi madre suele dejar cuando viene... o va. III Le conté como perdí mi virginidad. Ella me escucho consternada. Después de largo rato ella me develo como perdió la suya. Con él hombre que quiere. "Muchas locuras por él, lo he dejado todo, mi papá me odia por eso... me ha corrido de la casa, me he echado encima a medio mundo: amigas, ex-novias de él, amigos, compañeros... pero no me importa... por él todo". La miré. No supe si con admiración o con una tremenda envidia. Yo la perdí con un desconocido en nosedonde-nosecomo-nilodisfrute-sangreunchingo. IV Temí que me viera como una ignorante. Temí también que me hiciera a un lado no solo por mi edad sino por mis ataques de celos. Soy una mujer terriblemente posesiva, pero me controlo para no parecerlo. Por ello siempre estoy como alucinada. Me hago pendeja cuando el hombre que quiero le mueve las nalgas de otra. Igual, siento horrible, pero me pongo en mi plan frívolo de mevalemadresloquetuszorrashagancontigomientrasyonovea... Entonces, ella te besa y te abraza y yo me quedo inmóvil, con mi corazón hecho pedazos. Pero me acerco sutil, mis 17 años me dan aplomo: ella tendrá treinta y tantos y será experimentada, yo tengo 17 y tengo la vida por delante (ahora sí que no me lo creo, soy una imbécil de lo peor)… Me acerco. -Qué tal… -Alejita… hola… Mira, te presento a mi novia XY4… -Ah. ¡Hola! -Linda niña… alumna tuya… -Si… esta niña tiene ingenio… Me trago mi orgullo… no solo soy una niña… sino una completa cenutria. V Yo amaba a J. Lo veía como mi salvación. Como el oasis después de una travesía penosa por el desierto. Lo veía como la culminación a mis creencias, como el sublime salvador de mi delirio. Tocarlo para mí era una locura. Mirarlo me inflamaba, me volvía puro nervio, seda, sudor, me convertía en una imbécil y le entregue mis esperanzas, mis penas, mis alegrías, mis pensamientos más secretos y penosos, le entregue mi cursilería, mi mano (¡jal!, si la hubiera pedido, ¡¡claro!!), y me beso. Me beso inesperada, siniestra, ambiguamente. Y yo era taaaaaaaaaaaaaan feliz. Pero igual. Los finales felices a Alejandra Nataly SS no le pasan. No son cosas que se asocien a su naturaleza dolorosa, impregnada de matices oscuros. Toda la gama de tinturas sombrías me invadieron y por un tiempo deje de creer y de pensar. Renuncie al amor. Y te vi. Con ella. “Se acuesta con la Flaca, pero weeeeeey, ¿¿quién no se acuesta con la flaca??”. Me vale madres quién se acueste con ella. EL se acuesta con ella. Y verlos tocarse (aaaaaahhhhhhhhhhhhhhgggthhh) y verlos mirarse (aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhggggggggggggggggttttttttttttttttttttttt)… ¡¡¡Y cómo carajos!!! Compartir las tareas, el trabajo, la cotidianidad… y se ensombrece mi espíritu. No hay día, lo juro, que no me ponga a pensar lo ridícula que soy. Pero soy una chica celosa. Si lo sabrá John Lennon. Y empiezo a creer ciertas cosas de mí. Y me sorprendo cuando toco esos puntos quisquillosos, esas pululantes y rojizas esporas, esas puntillosas ámpulas, derrota tras derrota. No soy mujer para nadie. Nadie me quiere y a nadie quiero. Me parece un trato justo. Pero los celos me hacen terriblemente humana, oscura, demencial y volátil. Y me desconozco cuando toco esos puntos. ¿Y qué hago entonces? Me tranquilizo, me trago por dentro mi lengua y mis ámpulas, sonrío fría, indiferente, y me alejo de ti, o de ti… o de ti. Para que no me lastimes. Para que no me preguntes. Lo malo es que nunca me sigues… nunca me preguntas… nunca te importo. VI ODA CURSI (AJÚAAAAA, Con fondo musical de las hermanas Núñez)… Oh mi perdición magnánima. Frio Externo, calor corporal en un grado más, Benditas ansias homicidas, Carrera con el tiempo, un tiempo imperdonable, Te alejas con la Purísima mentira, Te elevas en los vastos redentores, Me esgrimas en tu poder pendenciero, Me ahorras la fatiga de enmendarme, Quisiera hoy mismo renunciar, A todo ser, a todo cuerpo, a mi espíritu tal cual, A mi inerme conciencia alucinada, A mi espasmo, a la crítica impura, a los deseos más sublimes… No quiero desear que te desee… No deseo ansiar lo que no tengo… No quiero permanecer a la expectativa de un anhelo, A la voz de las sobras de tu afecto, Me quiebro por minutos, por inmolas, Te quiero, te quise, me rebelo, Mis notas son tristes cuando no avispan Una oda a la verdad encarecida, Mis deseos, mis alegrías, mis encantos, No bastan para quedarte Soy subalterno una felicidad que puedas otorgarme Tan terrible, tan banal, que no me corresponde, Que terrible ser farmacodependiente de tus besos, Más aún de una jugada de la química, Entretanto me abrazo a la almohada, Pensando que yo soy apenas nada. “I’m just a jealous woman…” VI Pinches hombres, ¿qué debo hacer para que me quieran? Nada... olvídenlo, me cambiare a la acera de enfrente, no por mi gusto, pero que conste lo que se pierden, ¡pendejos! Primero te cogen y luego te olvidan. Iba a hacer una lista laaaaaaaaaaaaarga… pero termine pensando que no era saludable quemar a tanto muchacho... qué tal si les pegan por rebajarse a esta fealdad. Jeje. V Lo declaro fielmente. Él es el amor de mi vida. Lo conocí por casualidad, en un día sin sentido, en una fecha que de tanto evocar he olvidado. Llegó al trabajo por mí después de cruzar gélidos y vastos territorios. Lo vi parado, frente a la esquina, con sus ojos brillantes y su sonrisa características en la cara. No mentiré. No lo ame en ese momento. Me hubiera gustado amarlo, quizá no hubiera perdido tanto el tiempo huyendo de su amor. Recuerdo que tomo mi mano mientras hablaba y yo sentía vergüenza porque literalmente él era un desconocido. Y él se veía de lo más natural. Quizá debí ser consiente se esa señal. Quizá él siempre ha sido así. Como sea, ese día tuvimos sexo. Fue un momento de intimidad tan equis. Solo sé que me quede dormida. Apuesto que quizá ni él lo recuerda. Pero desde ahí seguimos juntos. Quería verme, estar conmigo, era insistente. Jamás me había pasado eso, que un hombre quisiera estar conmigo y eso me asustaba. No sabía cómo actuar. Después de muchas cosas, por fin decidió que debía vivir sola y él sería mi huésped ocasional en lo que terminaba su estancia en México. Yo no opuse resistencia. Empezaba a amarlo más que a mí misma. Y eso ya es bastante. Lo miraba y me parecía perfecto. Era el tipo de humano que más me complacía en todo sentido: sexual, mental, espiritual… sentía que era el hombre perfecto. La felicidad no es eterna y él al fin tuvo que partir. Lo vi irse envuelta en llanto y él inmune. Me sentía tan mal, había partido con él más de lo que él podía ver: mi felicidad, el hombre que amaba por sobre todas las cosas. Y sufrí. Y llore. Me revolqué como un animal. Pero eso solo consiguió enfadarlo. Mi necesidad era conservarlo en mi memoria, que volviera a casa y me acariciara con sus besos, sus palabras, sus manos. Le amaba tanto. Meses tuvieron que pasar para volverle a ver. Mucho pasó en ese entonces y creí que por fin podría vivir sin él. Pero al volver, volvió la alegría, la droga de la felicidad y me deje envolver una vez más en ese torbellino. Dos semanas únicamente. Y yo ya estaba hecha puro nervio, pura necesidad, le amaba más que ninguna persona, viva o muerta, dadora de vida o no, religiosa y absurdamente. Pero los celos, las necesidades, la desconfianza hicieron su trabajo en esos meses. Él seguro me engaño muchas veces. Si lo había hecho conmigo, ¿Por qué no podría hacer felices a otras mujeres en el corto tiempo que me hizo a mí? Yo me sentía insegura, usada, enojada. Sentía que era la única que amaba y no tenía los argumentos necesarios para sentirme de otra manera. La relación se debilito y nos alejamos. Miles de historias alternas se tejen en este lapso, en esos cuatro años. La última vez que volvió confirme una cosa segura: lo voy a amar hasta que muera. Hasta que yo misma deje de ser lo que soy. Él ha decidido que al fin yo no soy buena para él. Él me ha dicho que no soy la persona que busca. Me ha llamado de todas las formas posibles: loca, enferma, sin autoestima, etc. Tiene razón. Ya no soy la que comenzó esta historia ni un poco. Tan es así que he dejado mis letras de lado, mi pasión por los libros, el cine, la música. Ahora, solo hablo de él y de él y de él. Nadie ha muerto de amor. Pero poco a poco deja de doler. Yo sé que un día, al igual que con J. Lo miraré desde otra perspectiva y sonreiré al recordar mis emociones y que las veré lejanas, absurdas. Mientras ese día no llegue, quizá siga divagando en un “nosotros”, en una esperanza absurda y sin sentido. NOTA IMPORTANTE ---Lo publicado aquí es de la imaginación de la autor, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia--- ---No me hago responsable de quejas y el lenguaje soez e inadecuado, tampoco de toda la amargura vertida durante la expropiación de culpas, gracias a mis 2 seguidores de blog, les quiero mil... --- Publicado por Alejandra