lunes, 13 de octubre de 2014

Chispazo

¿Qué pasa por nuestras cabezas cuando el amor nos tintilean atormentando esa pacifica noción de nuestro destino? ¿Qué es el amor sino una entrega que perfusiona el sistema dándole una noción y un sentido perdurable?

Corto

A veces pienso que no estoy lista.
Que no entiendo como gira el mundo.  Que he llegado tarde a todos los lugares en lo que quiero sin sentirme como en casa.
A veces me pasa, no sé, es como una especie de sentimiento agreste que me toma y permanece en mi garganta.
No puedo respirar.
No estoy lista para el amor.  Es decir, creo que no estoy lista para el amor que recibo y de como quiero recibirlo.  ¿Seré muy egoísta?
No tolero el pasado.  No tolero que no se esfume.  No tolero que no sea feliz sin su presencia.  Pareciera ser que esa busqueda infinita por apaciguar esa parte...

Borrador

-El desempeño en las artes amatorías tiene una complejidad tal que me resulta incomprensible.  Por más que trato de enfocar mi pensamiento en alguna premisa que pueda aplicarse de manera infalible, siempre hay cosas que fallan, que me desquician, que me quitan la concentración
-Pero... Dr. M... ¿cómo osa decír tal cosa? Eso suena tan poco científico, tan sin fundamentos... en verdad ha utilizado el método experimental para recrear que...
-No, no... esque usted no entiende en lo absoluto, Dr. K. No hablo de una ciencia exacta.  Hablo de la complejidad de cada cabeza, de cada individuo que esta ahí afuera, con sus interacciones propias, con...
-Si lo que dice usted fuera cierto... ¿no le parecería un tanto ilógico...?

Sentimientos

Muerte

Tememos tanto a la muerte.  Tememos al olvido, a la culpa, dependiendo del lugar en el que nos encontremos.  Si como muerto o como el que queda.  Tememos a la soledad, al deporte que es seguir viviendo.  Tememos a cómo será, quién asistirá, por qué tenemos que morir.  Tememos a los espacios en blanco, a no tener coherencia, tememos a las muertes poderosas, contundentes, estrepitosas.  Más allá, tememos al dolor.  Aquel que nos queme, que nos colme, que exija más allá de nuestras fuerzas. Tememos al más allá, a la crudeza de los avernos o no alcanzar el paraíso.  Tememos que nos mientan al respecto, de seguir experimentando cosas después de despedirnos.  Tememos al temor y a la contundencia de nuestros actos.  Vigilantes ante el ojo de las Divinidades.  Asistir a nuestro propio proceso de descomposición y a nuestro aletargamiento confuso.  Tememos, ¿por qué tememos a todo? Por la falta de certeza. Pero aquellos que tienen los días contados, ¿por qué temen? El preso al que le suministran la inyección letal, al sicario capturado por el contrario, al secuestrado qu

No hay un golpe letal que más nos aqueje que aquel que no sabemos por donde llegará ni con la fuerza determinante con la que nos marca.

Amor

te tome en mis manos y deje que te deslizaras por cada partícula de mi piel.  Te sostuve la mirada y me supe perdida, inconsciente y vivencial.  Tomé lo mejor de mi y lo ofrende, como una mariposa salida al sol en su primera mañana, tome tus muslos y los olí.  Mi primer pensamiento después de que mis afectos se volvieran macabros, fue dormitar en tu hombro hasta el amanecer de todos mis días.  A veces siento que soy demasiado exigente y que no debería obviar tus "te amo".  No sé si vivir al pie de la colina de este sentimiento, o traspasar ese túnel y llevarte conmigo en el bolsillo.  Así somos, partes de un universo que nos colma.

Soledad

Te quise, te quiero.  Te amé, te amo.  Te pierdo, te perdí.  Fueron palabras que se deslizaron por mis labios y mi pensar.  Mi dirección, mis hábitos esperan... siempre en stand by,




miércoles, 14 de mayo de 2014


I
Ella lo miro de frente.  Fue clara, contundente.  Me voy.  Fueron sus palabras.  Siempre fui un estimulo, un apoyo, estuve tan cerca, tan constante, brinca y yo saltaba muy alto.  Pero eso no evito que ella dijera esas palabras.  La miré, me sentí miserable.  Quise gritarle de todo, rogar, quizá rogué, no recuerdo.  Pero en ese momento estaba tan afectado que deseaba que ella estuviera bromeando.  No fue así.  Hizo la maleta y se fue a conquistar el mundo.  Yo la seguí cada que podía.  Mi corazón se enfilaba cada vez y estaba presente ante todo, por todo, la alenté, siempre tuve la palabra pertinente y el amor en la mano para ella.

II
Han pasado los años.  Ella sigue en mi vida.  La quiero tanto.  La amo tanto.  Es talentosa y hermosa... la extraño todos los días.  Y la admiro en demasía...