miércoles, 7 de noviembre de 2007

No se me ocurre ningún titulo para este asunto

En la gloria esta el placer y el placer esta en tu piel.Absurdamente enamorada de Bukowski,me hubiera acostado con él por lástima



Me estoy cansado de todo lo q hay en mi cabeza. Me siento impertinentemente aburrida de todo lo que pasa por ahi. Estoy hasta la madre de pensarte, de quererte, de extrañarte, de sentir q las cosas no estan completas si no llegas para cerrarme el día.
Sinceramente no esperaría q volvieras a pararte frente a mi. Un beso y yo querdaría perdida en un limbo irreversiblemente.
Ojos miel, tristes hojas,
vida q nos estalla en la cara,
momentos infelices q nos recobrana una sonrisa radiante,
chispitas de tiempo, que me tienen en una esfera,


Espero q no me esperes demasiado. Tengo tantas ganas de no llegar, el trafico esta ligero, el auto encendio a la primera, encontre la blusa morada q tenia en mente, las lineas de los ojos se formaron sin hacer preguntas de manera perfecta, el rimel no me tiro las pestañas, los tacones no me molestan, y sin embargo, quiero alargar lo inevitable.

Si, es imposible que deje de mirarme con lascididad, pero a estas alturas ya es demasiado tarde para mandarlo todo al carjo y esperar un poco de recato. Acepte este empleo por dos razones: el dinero y el reconocimiento general de mi persona. Pero al parecer, nada suena como lo habia planeado, esto es una basura.

Me he pasado horas viendo ese programa. Sin embargo no puedo apartar de mi mente la imagen de Roberto rompiendo conmigo.
-Estamos cansados uno del otro. Necesito un respiro, y tu más.
-Pero yo no me canso de ti.
-Eso crees, pero a la larga me lo vas a agradecer.
Sigo estatica. Mis lagrimas se acoplan a la regularidad. Mi café es ahora amargo y diluído. Y la sal me quema las mejillas. Han pasado dos dias. Estoy que me carga el diablo. Todo me sale mal. Ha sido una semana terrible. ¿Porque es tan fácil acostumbrarse al respiro de una persona en la sien al despertar? ¿Por qué es tan dificil olvidar un beso espontaneo, una caricia solemne, un abraso apasionado?

Sigo en ese lapsus brutus. Una confusión invade lo más profundo de mi ser y me llena de dudas tangibles que duelen en lo más ardiente de mi cuerpo. Me he convencido, y lo acepto como una opción de felicidad indescriptible. Me escuchas? Abandono todo cuanto ame, todo cuanto desee, cuanto anhele y a lo que pretendí pertenecer. Hoy a tres años de perder lo que me quedaba de alma en una terrible penitencia fútil y amarga, te confieso que te dejo por miles de estrellas para colmarme de un laberinto más cómodo y embriagante! El amor que alguna vez te entregue entero y por convicción hoy se convierte en una pálida sombra de mis más puras pretensiones: Salvar el orgullo me parece más importante. Y yo te amaba. Andaba como aliento que lleva el diablo. Me mordía las uñas y esperaba lo más sutil de tus encantos en la fragancia más fugaz a que volvieras para decirme un te quiero. La gente sigue haciendo preguntas. El entendimiento es lo menos importante y el morbo es el móvil causal más entretenido. Te he llorado como nunca lo hice con nadie (si es que lo hice, no recuerdo ahora ninguno tan amargo). A los hombres les gustan las lesbianas. Evocan su más tristes porquerías cada q nos ven por la calle dándonos un beso apasionado. Ella me besa por la sensación del público.



Hace tanto tiempo q no veo el mar. Hace tanto q no dejo de pensar en tus emociones suspendidas en mi rostro. Los besos, las necesidades, el amor, todo en un conjunto de cosas q simplemente hacen de mi una necesidad casi pedante y agresiva


Las imperfecciones no dejan q sienta mi piel como antes. El tiempo esta pasando demasiado aprisa y simplemente no se q hacer con este asco por la vida y sus bemoles tan marcados. Siempre espere lo mejor a los 23, a los 24, pero en un momento me vi transportada a los 30 sin éxito y sin ganas,


Le dije que posará, me encantaba hacerle fotos a cualquier hora, pero no quería confesarlo. He vivido mucho tiempo al margen de cualquier emoción, pero este es un sujeto especial. Le dije “sonrie” y me dedico la más brillante y alegre risa ronca que parecía venir de su ser más profundo.

Se acerco hacia mi. Ese día tenía la camara instantanea. No podía apartas mis ojos de lo q acababa de salir. Me dijo “ que tal salí”, puse la cara seria y con burla le espete “como siempre… saliste horrible”. Esta vez me regalo una sonora carcajada.Voy a quedarmelas, no quiero q el mundo crea q mis modelos son mediocres. Que bien, sonrio. Me agradaba que comprendiera mi sarcasmo y le divirtiera, a la mayoría de la gente le molesta mi insolencia. Me tomo de la mano y caminamos juntos así por largo rato. No recuerdo nada re-elevante después de la despedida en ese día.

Era un apodo q opte por decirle “el feo”. Él sabía, por supuesto, q tenía un rostro interesante, quizá no era un tipo apuesto convencional, pero poseía una fuerza viril y enigmatica que sin lugar a dudas robaba suspiros. Sus fotografías junto con las demás fueron el tema central de mi exposición. Las chicas iban y venían preguntando a que hora el modelo iba a hacer acto de prescencia. Yo sabía q no vendría porque detesta las multitudes, pero cuando lo ví entrando a la inaguraciçón de mi exposición a 3 horas de haber comenzado exerimente un gusto casi adolescente. Me sudaban las manos. En realidad se veía muy apuesto: traje, corbata, cabello humedo y peinado, recién afeitado. Nunca lo había visto sin su inmaculada barba, eso lo hacía ser un rebelde consumado. Hasta ahora seguía sin saber a ciencia cierta a que se dedicaba, pero definitivamente era un contrincante formidable en cualquier cosa que él deseara desempeñar, por eso, al verlo entrar de manera formal, pensé que su inteligencia era su mejor arma. No miró ningua de las fotos. En el momento en que clavo sus ojos en mi fue directamente y me dio un beso en la mejilla. Su olor me embriagaba. Permanecí con la mascara de indiferencia, pero ante todo, no pude evitar sonreírle con agradecimiento. “te ves hermosa”. Me alegré. “Hagas lo que hagas, sigues pareciendome horrendo”. Las mujeres empezaron a rodearlo. Preguntas que a mi me encataría saber, pero decidí q me veía ridicula a la expectativa de que el las contestara todas. Me retire rapidamente de ahí. Estoy segura q no notó mi ausencia.

Este Abril pinta muy duro. Entre la escuela, mi empleo mediocre en el supermercado y la fotografía se me consume la vida. No he querido verlo. Me llamo ayer y me dejo unos cuantos mensajes en el celular. No he sabido mucho de él después de eso. Obvio, para q aburrise y molestarse con una niña como yo. Sigo distraída y eso casi me cuesta el empleo. Le dí de más a un cliente y ahora no sólo se redujo mi salario, sino q además debo pagarlo con un poco de tiempo extra.
-Son 70.50, ¿desea redondear?- Pregunto sin mirar.
-Si, con la condición de que salgas conmigo al cine mañana que es tu día libre- Levanto la vista y sus ojos brillantes, su barba espesa me matan.
-Ok.

Cada minuto después de que me toca es como perderme en un abismo de veneno y miel. Me siento embriagada por mis propias emociones, por sus besos, porque es tan coordinada la necesidad de su boca en la mía. Siento q reviento, pero eso me da miedo. Soy tan vulnerable como una burbuja, tan maleable como el metal, me siento un trozo de azucar q se disuelve en el café.







Tan fria, e impersonal. Tenia tantas ganas de deshacerle el peinado con las manos y darle color a sus mejillas, pero definitivamente no podía.. había demasiado público.



No me toca decidir por ti ni por nadie. Me gusta la diversidad de nuestros encuentros. Sexo, sexo. Todo entre nosotros se basa en eso. Somos una pareja normal con necesidades comodas, con intenciones de proporcionarnos placer hasta que la vida nos alzance y nos de una bofetada de realidad.
“Estoy tan cansado de la vida. Me aburro entre mis penas terrenales. Siento que hay algo más pero no sé donde buscarlos. Quizá sea algo menos indómito, no sé, últimamente creo q me he vuelto estúpido y que me comprometo con la realidad. Me repugna”.

Michael conduce largo rato sin saber que rumbo tomar. Lo hace por una inercia desquiciante, casi perdida en todo sentido, pero sabe que lo que busca esta entre esa mierda. Solo hay q saber donde hacerlo.

Se detiene, es tarde. Mira su reloj pulsera: 04:50. Tan tarde como para incorporarse del asiento y descansar un poco las piernas. La gasolina esta agotándose. Hay un bar-café subterráneo. Los suburbios contrastan con ese pequeño lugar… entra sintiendo curiosidad, temerariamente, sin tener la conciencia del peligro de la calle o de las nociones establecidas por la precaución.

El café olía a hierba, mezclado con un olor a novedad y a un reconfortante secreto. Había música de jazz. Algo q contrastaba con la fachada del lugar. Adentro solo había una pareja de bohemios clamando poesía a un auditorio pequeño de 6 personas. Al fondo, cubierta por una oscuridad intrigante hay un ser humano. Se acerca suavemente, esta debajo de las escaleras, lo que le da un aire de misterio y de extrañeza. Se acerca. Es mujer y pinta. Mueve ágilmente las manos. Parece no derramar la pintura para nada, como si de pronto todo se materializara de repente mientras las pinceladas son precisas y cada una con un fin único de creación que lo deja pasmado. No es posible que exista tanta precisión en algo tan subjetivo. La mujer pinta a un hombre que esta ebrio en una de las mesas. Tiene sombrero de ala ancha y esta inconciente. Es un ser humano común y corriente, pero de alguna manera, aunque es el mismo sujeto y las mismas circunstancias, los mismos colores, se ve tan vivo y real, que… al parecer mejora al modelo original, lo recubre de un misterio y una fascinación desquiciante, que ni el mismo modelo sería conciente de comprender o de manifestar. Esta maravillado. Ella lava los pinceles. Los colores se expanden en el disolvente mientras ella ligeramente firma con un pincel más delgado. “Yaqui DuBois”. La mira largo rato. Sus facciones son las de una persona normal, pero sin duda con un toque diferentes. Solo si se le mira con atención se es conciente de que hay algo más q una sencillez demencial. Es tan común, pero a la vez tan… diferente. Ella sigue en su trabajo, al parecer no es conciente de la presencia de él. La mira extrañado. Él, un junior acostumbrado a la atención en general, es ignorado como si fuera nada. Pudo darse la vuelta e irse. Se vio tentado por su orgullo y vanidad heridos. Pero estaba hipnotizado ante la magia de la creación excelsa y el placer de lo cotidiano. Al fin ella levanto la vista y pudo ver un par de ojos castaños. Q raro. Rasgos hispanos, ojos grandes y expresivos, nariz quebrada, labios carnosos y sin expresión. Usa gafas. Es una mujer no muy alta, con cabello negro atado en una coleta a la nuca, una camisa blanca impecable libre de restos de pintura, un pantalón negro y zapatos de lona. Era una mujer tangible, humana, demasiado. Pero a la vez como si fuera a desaparecer en cualquier momento. Ella sonrió. Lo hizo en una mueca, parecía con ello decir algo que él no pudo comprender. Pero duro tan poco el contacto visual, ahora estaba más desconcertado. Se acerco simplemente, atraído como por un imán. Se aferro a lo que sucedía. Admiro el cuadro largo rato. En el decía algo, como si de repente las letras se hubiesen materializado antes sus ojos… “un mundo de extraños…”. Por fin pudo despegar los ojos del cuadro y busco a la autora, pero esta había desaparecido. La busco largo rato por el lugar, y nada. Entonces, con un acopio de voluntad tremendo, tomo el cuadro que al parecer estaba seco y se lo llevo. “Yaqui… Du… Bois… ¿quién eres?”. Subió las escaleras. Entró a su auto, pero de repente una pandilla de adolescentes lo embistió… inofensivos o no, le hicieron mucho daño. El cuadro parecía intacto, pero su auto y sus pertenecías había desaparecido y se dejo arrastrar por el hermoso suspiro de la inconciencia.

Cuando abrió los ojos seguía desorientado. Estaba en la calle solo y la luz del día le quemaba la cara. Se levanto con un esfuerzo sobre humano y se dirigió al café. Estaba cerrado. Un café nocturno, pensó con ironía. Toco una vez y un hombre de barba gris le sonrió. “sube al cuarto 11” y le indico el camino. Arriba del café había un pequeño hotel. Sus habitantes parecían personas solitarias e insípidas. Se sento frente al numero 11. No intento abrir el picaporte. Estaba muy cansado par ahacerlo. Se dejo caer como un muerto y recargo su espalda a la pared. Se dejo perder de nuevo. Al abrir los ojos aún había luz. Pero era palida y casi desaparecia. Estaba recostado en un cuarto pequeño, impregnado de olor a café y cigarro, humedad y tiempo. Se sintió terriblemente cómodo. Nada importaba mucho. Ni los golpes. Se sentía terriblemente aliviado. Se levanto con dificultad y busco por todas partes a algun ser q puedise explicar su estancia en ese lugar. Una taza de café recién hecha estaba a su lado, como si estuviera esperando a que el despertara para tener la temperatura adecuada. Se rió de sus pensamientos. La bebío con un placer infinito. Se dejo envolver por la sutileza del grano. Recorrio el lugar brevemente. Abrió un closet al final y encontró algo q lo dejó atonito. Pinturas. Muchas, demasiadas. Todas con la viveza y realidad de un instante que se suspende entre el tiempo y que es captado por un observador imparcial, haciendonos participes de ese momento. Dejo caer los brazos a los costados… y levanto uno para tocar cada uno. “Emula un acontecimiento en tu vida… ahí esta para ser concedido” y ahí estaba un hermoso lago con los reflejos del atardecer (o amanecer) filtrandose por las aguas y las montañas, con una tilde de ciudad que poroducía un estado de melancolia tal que tuvo que dejarlo para no setirse asi. Asi cada uno evocaba un momento. Y ahí estaba, su sueño. Un boceto pequeño donde había un enorme pasillo de ladrillos rojos al fondo con un pequeña bombilla que alumbraba el pasillo pero hacía más oscura la puerta del fondo. “cruzarás en el momento mismo en que sepas que quieres cruzar”. No entendia, pero ahí estaba, vivo… y real. Plasmado con la delicadeza de un sueño, pero con la firmeza de algo verdaderamente real.

Ella entro silenciosamente. Lo miró un momento. El seguía en si mismo, no era conciente de nada. Ella entro a la cocina y se sirvio un poco de café. Escucho el sonido y se acerco sin decir nada. Ella tampoc decía nada, pero al parecer no era necesario. Al fin, sin aguantar más la presión del alma, el dijo “Es mío?”. Ella sonrio asientiendo. El lo tomo con ambas manos para visualizarlo mejor. Cada detalle, cada cosa q no recordaba hasta q sucedia cada noche estaba ahí. “Me llamo…”. Ella se levanto y dijo a prisa “No me interesa como te llamas… tal vez ya sé quién eres, pero no necesito tu nombre hasta q realmente sepas cual será”. No entendió mucho. Era como si hubiese un significado muy profundo en esa frase y el no estaba lo suficientemente preparado para entender con claridad nada. “café?”. Ambos bebieron silenciosamente, entre ellos había una cordialidad que solo existe entre los amigos más viejos. Ella lo miraba. El sentía como si la conociera de toda la vida. Habia en sus ojos la tremenda decisión de haberla visto antes. Ella estaba seria de pronto. El fruncio el ceño también. “tu me conoces?” dijo inseguro. “Si. Has venido porque era el momento de que lo hicieras”. Se rio mucho. Ese hecho era casualidad y ella creía que era algo soprendendente. Q sucedía?

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