Me levanto. Las estrellas brillan en lo alto, hace un frío de lo peor. Me susurras al oído, te ríes de mis chistes mientras excitas a mi oído. Las caricias siempre son las mismas, otras manos, pero siempre tienden a encontrar los puntos que me hacen vibrar.
Te tenía ganas desde que trabajabamos juntos. Pero era una atracción más adolescente, menos carnal. Me gustaba sentir eso por ti. Ahora estas a mi lado, desnudo, tu loción invade mis sentidos, eres tierno y tienes unas nalgas suaves. Más que yo.
El cielo comienza a aclararse. Lo hicimos varias veces de manera incomoda (daba igual hacerlo adentro o fuera, no había nada de todos modos). Me parece algo natural, casi como respirar.
No entiendo el mecanismo de tus besos. Tampoco la noción y el enfoque en el que nos sumergimos. Tendemos al desorden. Mi vida se colapsa. Dos veces. Y tengo miedo... Sería tan fácil.. ahh... pero no... No quiero perder los estribos. No por ti. Me gusta tu risa. Tu escencia. Me atrae el placer que ejerces en mi tiempo. Ahi estamos. A la deriva de una sensación, Satisfechos ante las necesidades más básicas para intentar emprender el climax elemental de la vida.. sin que nos estalle en la cara. Me pregunto que pasara cuando nos vayamos. Cómo le explicaremos a nuestros cuerpos que fue un asunto pasajero y que no tiene que sentirse avergonzado. Lo sé. El corte es así. La cascada de coagulación hara su trabajo y el efecto sedante permitira que el toxoide ilusiorio no sea tan maligno. Mis hijos. A veces me permito soñar con ellos. pero son solo mecanismos de defensa, prismas gediondos de una femineiodad que se escapa y de un ciclo que termina pronto. Me estoy volviendo vieja. Y absurda. Y loca.
Me hice la prueba y dio negativo. Esto de jugar ruleta rusa con cada tipo pretendiendo un sentido amoroso imaginado me esta acabando la razón. Me estoy cansando de buscarte en cada cara, en cada mano. Nos vemos a la salida. Me tomas de la mano. Todo ira muy bien. Mis mejillas se sonrojan. Salud.
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