sábado, 21 de noviembre de 2009

No hay un corazón que valga la pena...

te esperaba con ansiedad. Mi cuerpo palpitaba y mis manos eran puro nervio. Sentía la gente bullir de aqui alla y sin embargo mi mente permanecía suspendida en la entrada probable de tu arribo. Ahi estoy. Con mi mejor vestido, maquillada como zorra y recien bañada, con ganas de querer impresionarte. Pero sigues sin estar aqui. Pienso y reviento en mil ideas que van desde el drama novelero hasta los sucesos más inoperantes. Cierro los ojos y me recargo en la pared. tatareo una canción. Y la canción no me distrae de ti. Mensaje nuevo: "No voy a llegar, nos vemos otro día". Me invade una mezcla de emociones: por un lado un ira irrascional, por el otro una decepción creciente y mordaz. Me estoy cansando de esforzarme. Nunca antes me había empeñado en estas madres, no con otro... me haces sentir tan inferior. Tan diminuta e insustancial. En fin, tomo mi orgullo y me lo trago. camino a la salida mientras siento un alfiler de miradas en la espalda. Quizá sea lo sucepctible que me siento ahora...

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