domingo, 20 de diciembre de 2009

Los mejores y los peores álbumes de 2009

Por Leonardo Pittamiglio.

A fin de comprobar la eficacia que tienen las listas con los mejores álbumes de una década o un año, los mejores artistas de un período o medio siglo, y tener certeza de que los juicios de esos hombres están probados contra la falibilidad, se me ocurren algunos criterios. Siento que los mismos, que daré a conocer a continuación, nos permitirán tener un juicio del que juzga, y saber de antemano si las referencias musicales que indica como las más notables, lo son en realidad o tienen un grado de posibilidad de que lo fueran, bastante grande. De este modo sabremos si se equivoca.

Una tendencia general de los intelectuales de la historia del rock es a la sobrevaloración. Si, por ejemplo, un crítico que habla de los mejores artistas soul del momento, y que no conocemos, dijo algo antes como que Marvin Gaye grabó el mejor disco del soul o algo parecido, entonces puede volver a equivocarse cuando juzga sobre el presente. Es decir, cuando dice que Bruce Springsteen grabó el mejor disco de 2009, lo más probable es que no sea así.

En efecto, Bruce Springsteen editó Working on a Dream en abril, y a fin de año un crítico lo colocó en el puesto no. 1 de 2009. Sin embargo, oí poco después el disco luego de verlo aparecer en ese lugar, y el juicio es producto de una sobrevaloración al estilo de las de U2 o Bob Dylan. Supone que el cantante grabará siempre discos maravillosos y superiores a todo lo restante porque ha editado antes algunos que se acercaron a este tipo de álbumes. Es un gran trabajo, pero #1 es una cifra muy pequeña.

Ahora podemos reunir más información sobre el hombre que juzga, y juzgarle mejor. Si comete este error en el 1er lugar de su lista, entonces puede volver a cometer otros. El hombre muestra signos de vulnerabilidad. A partir de ahora sabemos que si nos extraña la presencia de un artista en la lista, porque oímos ese trabajo y sentimos que el mismo no era gran cosa, el equivocado puede ser él y no nosotros.

Otro criterio muy poderoso que nos ayuda a demarcar los límites de los aciertos y desaciertos, es poner como ejemplo un álbum que por la dimensión de su originalidad, no quepan dudas sobre su valor. A veces señalar obras buenas se dificulta cuando no lo son del todo excelentes, y podemos dudar. Poner como ejemplo una obra que no ofrezca ambigüedad de este tipo puede ser crucial para juzgar los aciertos de los otros.

El álbum Get Lucky de Mark Knopler podría estar o no estar en una lista de los mejores 50 discos de 2009. O sea que el que una revista especializada lo coloque o no lo coloque no nos dice nada a ciencia cierta sobre la capacidad de juicio de la misma. Ahora, el problema cambia cuando pensamos en Alhambra Love Songs de John Zorn o Between My Head and the Sky de Yoko Ono, porque cualquiera de éstos sí deberían estar y no ofrecen lugar a las dudas que genera el de Knopler. Pongamos que la revista colocó alguno de estos dos trabajos (1): entonces su parecer se hace más confiable y podemos creer que ellos pueden realmente estar más en lo cierto que nosotros. Aunque todavía es temprano, porque pueden aparecer aberraciones luego, pero al menos estamos en el camino de las certezas o las posibilidades de certeza. Nadie es infalible, pero entre el desatinado y el perfecto median los que aciertan casi siempre y los genios, que son justamente a quienes buscamos.

El efecto de los contrastes hacer arder el detalle minúsculo. La excelencia de algunas obras es recién descubierta, a veces, cuando pensamos en un número inmenso de buenas obras y que nos han gustado en demasía y que sin embargo no alcanzan a superar a ésta nueva en la que pensamos. “Valoré más Othello y Ciudadano Kane luego de ver la precariedad de todas las restantes de Wells”. ¿Es malo el disco Backspacer de Pearl Jam? Y yo contesto: “Sí, pensemos en lo mal que suena en comparación a LotusFlow3r de Prince, que incluso no se trata más que de un disco con poca delicia dentro de la discografía del artista, o en Wait for Me de Moby o en Blood From Stars By de Joe Henry”. De los tres, el peor es el Prince, y los otros dos podrían no merecer estar entre los 50 mejores discos de 2009. El de Joe Henry seguro no lo merece (tampoco entre los 100) A todo esto: “el de Pearl Jam es peor”. Incluso es “infinitamente peor que cualquier de estos dos”.

En comparación, el disco de Henry tiene mayor esfuerzo creativo; Moby descansa sobre su esfuerzo con Wait for Me, y crea un disco automático, como si no fuera él quien lo idea, sino el Play el que moldea Wait for Me. Wait for Me es mejor que Blood From Stars porque menos esfuerzo en Moby equivale o supera el mucho esfuerzo en Henry.

Si el método de buscar lo sobresaliente es más efectivo que buscar lo bueno o muy bueno a secas, entonces buscar lo aberrante es igualmente efectivo. Pensemos ahora en las locuras de la Rolling Stone cuando seleccionara los 500 mejores de la historia del rock. Es cierto que tiene aciertos, pero cuando dirigimos la mirada a las fallas, entonces comenzamos a sentir que los aciertos son causa de una casualidad y no de un juicio claro, como si acertaran a fuerza de tanto intentarlo. Al final, para lo que sirven las listas de esta revista son para saber “lo que más ha gustado a tipos como estos” o “lo que gusta generalmente a los críticos”. En una revista muy similar encontré tendencias estéticas que, en general, coincidían con la de estos críticos ingleses y norteamericanos.

En resumen: se creía que Pet Sounds era una grandiosidad superior a la de un disco de Pink Floyd o Neil Young, y a Kurt Cobain se lo sobreponía a Frank Zappa, Eric Clapton o David Bowie. Cualquier revista que haya cometido estos excesos, cometerá los mismos cuando tenga que juzgar sobre el presente. Son signos de acierto en lo pasado: colocar a los Beatles en los puestos más determinantes, mencionar poco a Bob Dylan, no sobrevalorar los álbumes de U2 y The Rolling Stones, recordar también Division Bell de Pink Floyd y valorar en demasía a King Crimson y David Bowie (2).

Luego de saber que cada uno o dos aciertos, realizan una aberración y un error medianamente tolerable: ¿Podré confiar en ellos cuando dicen “hay 100 discos, por lo menos, mejores que Medúlla de entre todos los que se editaron entre 2000 y 2009? “Ya no”. Lo que queda en estos casos, con respecto a la Rolling Stone, es tenérselas que averiguar uno mismo de entre toda la música creada en un tiempo, que es lo verdaderamente más destacable.

I’m Going Away de la joven banda The Fiery Furnaces fue colocada por 3 críticos de AllMusic entre los mejores 20 discos del año. ¿Será posible eso? Stephen Thomas Erlewine coloca Together Through Life de Bob Dylan, ¿por qué no iba a poner también esta otra obra vacilante? Ninguna de las dos merece estar en los veinte mejores. La de The Fiery Furnaces podría figurar 150 o 200. Together Through Life quizás 300. El álbum Get Lucky de Mark Knoplfer suena más sólido en todo momento a este tambaleante Together Through Life, y además es un gran disco. ¿Por qué no poner ese? “Porque lo que Stephen Thomas Erlewine intentaba era poner a Bob Dylan, no un buen disco”. Como quien quiere poner a una amigo en al administración pública, no a un buen técnico. Si hubiera querido hacer esto último podría no haberse olvidado del nuevo y enorme disco que Neil Young volvió a darnos este año: el técnico Fork in the Road es aún mejor al del Knopler y tiene por allí 3 canciones que se destacan entre las mejores del año: “When Worlds Collide”, “Just Singing A Song” y “Cough Up The Bucks”. Al del Neil Young le doy 10 en 12. Al de Dylan 5 en 20. El mismo Stephen Thomas Erlewine coloca She Wolf de Shakira en su lista. ¿Tendremos que tenerlo en cuenta también a éste de la colombiana para hacer una lista con los mejores veinte álbumes del año? Quizás pensó en el vídeo, y colocó el álbum entero. O quizás sea un disco grandioso, como piensa él (probabilidad de 2 en 1000). A mitad de su lista muestra un acierto: The Eternal de Sonic Youth. Disco ingenioso con un sonido cargado de punk-rock y repleto de variables. Éste puede ser uno de los diez mejores discos de rock del año.

Mientras tanto, otro gigante de la historia del rock graba junto a Steve Winwood uno de los mejores álbumes de su carrera. Me refiero a Eric Clapton. Al doble Live from Madison Square Garden no le sobra ninguna canción y tiene la virtud de mostrarnos a un Clapton haciendo música en serio. Hacía 30 o 35 años que no se oía un Clapton contundente.

Chris Cornell de Soundgarden editó Scream. No encontré nadie que se hiciera eco del suceso. Y está bien. El nivel es tan bajo, que incluso es inferior a la oferta de Pearl Jam de este año. Este disco prueba que Soundgarden es una banda que funciona como conjunto, sin que ninguno de sus miembros ostente un talento único. Los Rolling Stones funcionaron de esa manera, y también Nirvana, The Cure, Black Sabbath, Guns N’ Roses, The Mars Volta, Massive Attack y otros, sin un Robert Fripp entre sus filas.

Veckatimest de Grizzly Bear se vuelve más decepcionante cuando se oye luego de encontrarlo tan bien ubicado en AllMusic y en Pichtkfort. En el primero, tres críticos los colocan ente los mejores 20, pero los otros 10 hacen caso omiso. Según Pitchfork es el 6to mejor álbum de rock del año. Grizzly Bear hace recordar al rock alemán de los setenta (Can, Neu!) o al rock progresivo de Canterbury (Soft Machine, Caravan): con mucho esfuerzo no pudieron dar una banda mejor a Yes o equivalente a Roxy Music. Bracken editó en 2007 un álbum infinitamente superior a éste y sobre el que todavía se espera un juicio justo (3). Veckatimest es un camino posible del rock, porque el disco es verdaderamente interesante: pero se debe explorar mejor este camino ya que está lejos del nivel tradicional del rock. Este trabajo es inferior a los niveles medios y tradicionales del rock que impusieron bandas como The Faces, The Pretenders y Talk Talk por ejemplo. Comparándolo con lo editado en 2009, el álbum de Moby y de Joe Henry (ninguno de los dos aparece en esta reseña de Pitchfok) son claramente superiores a éste. El trabajo de Tori Amos Abnormally Attracted to Sin merecería mejor trato que Veckatimest, sobre todo por la potencia que exhiben las primeras 5 o 6 canciones.

Five Peace Band Live del dúo Chick Corea & John McLaughlin es un disco a destacar también. Son excelentes músicos: talentos individuales y únicos. Sus discos son buenos hasta cuando no son los mejores o más inspirados. Five Peace Band Live no destaca entre lo bueno y muy bueno. En eso los aventajó este año Jan Garbarek con Dresden: In Concert. Las notas del saxo tenor en los segundos iniciales de Paper Nut cavan profundo y anuncian intensiones serias.

Tampoco Five Peace Band Live puede contener el derroche melódico de Alhambra Love Songs de John Zorn, quien grabó un disco inédito en él: él es otro, un compositor que lleva la música por la senda de la estructura que ha construido antes de componerla, melódico y maduro, Zorn deja de lado su música desproporcionada y asimétrica. Este álbum lo iguala a los nombres más encumbrados de la historia del jazz. ¿Podrá Alhambra Love Songs ser el mejor álbum del año?


Los quince mejores álbumes de 2009:

1. Alambra Love SongsJohn Zorn.

2. Sounds of the UniverseDepeche Mode

3. ManafonDavid Sylvian

4. EmbryonicThe Flaming Lips

5. Between My Head and the SkyYoko Ono

6. HorehoundThe Dead Weather

7. Live from Madison Square GardenEric Clapton & Steve Winwood

8. No Line on the HorizonU2

9. Beacons of AncestorshipTortoise

10. The ResistanceMuse

11. Quiet NightsDiana Krall

12. Working on a DreamBruce Springsteen

13. CowardNels Cline

14. The EternalSonic Youth.

15. What We All Come to NeedPelican



Criterios:

Los criterios de selección empleados, en orden descendente de importancia, han sido los siguientes: A. nivel de la composición o grado de vigor de la melodía; B. eficacia en la ejecución de la música y habilidad en los instrumentos; C. originalidad e indagación de un sonido diferente; D. distribución del nivel musical a lo largo del disco; y E. cuidado y meditación en los detalles de las notas.

A los criterios A. y B. se debe la ausencia de álbumes muy valorados por el resto de la crítica y que no figuran aquí: Animal Collective, The xx, The Dirty Projectors y The Fiery Furnaces, en los que hay abundancia de C. y E. y carencia de B. y A.

De los 4 criterios, el A. es el más abstracto y difícil de determinar. Las dimensiones las descubrimos mediante las sensaciones que nos producen las melodías en nuestro interior. Es el productor del gusto musical y de las emociones. Es el más importante, evidentemente. En este punto se destacan los 15 álbumes y a ninguno les falta.

En cambio los otros criterios pueden entreverar la lista, al faltar en unos, criterios que a otros sobra. En el 7 y 11 hay exceso de B. y escasez de C. y de D. El 8 en cambio es más virtuoso en C. y E., y el 10 es exuberante en B., C. y E., y el 3 en C. y E.

El factor D. elimina de esta lista The Fall de Norah Jones, The Element of Freedom de Alicia Keys o Abnormally Attracted to Sin de Tori Amos. Sus álbumes son antes válidos por cuatro o seis canciones, que por la totalidad. No hay ninguna canción en 11, 12 o 3 superior a “Chasing Pirates” y “Even Though” de Norah Jones, pero en conjunto logran mayor brío; especialmente 3, una inmensidad musical grande como el cielo. Lo mismo sucede con A Woman a Man Walked By de PJ Harvey: un comienzo asombroso, y luego una merma en la totalidad. Un disco excelente de todos modos.


Comentarios:

Curioso, pero Scarlett Johansson mantiene un interés serio en la composición de la música, y se unió a un tal Pete Yorn este año y volvió a grabar un álbum que no promete posibilidades.

Tori Amos editó dos discos este año. El menos difundido es el último, Midwinter Graces, pero no tiene ninguna canción sobresaliente. No es una disco malo, pero su fuerte es Abnormally Attracted to Sin, continuador del disco anterior. Juntos componen lo mejor de la carrera de Tori Amos.

El disco de The Prodigy, Invaders Must Die, puede aburrir muy rápidamente. A los sintetizadores les falta gracia e innovación. Igualmente podrá haber muchas personas que gusten de este disco, porque tiene lo suyo.

El álbum de guitarras Coward de Nels Cline es más audaz que el Disfarmer de Bill Frisell. Coward se disfruta mucho, y dan ganas de continuar oyendo a Cline. Disfarmer aburre si se oye con ansiedad, esperando melodías conmovedoras. Si se lo deja oír de fondo, impersonalmente, sin meterse en los asuntos de Frisell, el álbum se transforma, como los paisajes rurales, en un decorado que envuelve el ambiente en los planos secundarios.

El disco de Nelly Furtado tiene sólo una canción que vale la pena: la primera; las 10 restantes no pueden gustar a nadie. He tenido oportunidad de oír todos los otros discos de la canadiense, y esa es la manera en que graba los discos. Lo malo es el 80% de sus discos, y lo bueno el 20%.

El disco de Air, Love 2, no nos engancha como su predecesor y maravilloso “Pocket Symphony”. No es muy bueno, pero aún sigue siendo mejor que otros discos abundantemente citados.

Según Pichtkfort, el disco Merriweather Post Pavilion de Animal Collective ocupa el 1er puesto entre los mejores de 2009. Pero no es para tomárselo tan en serio. Las primeras 2 canciones de The Fall de Norah Jones (debió estar aprendiendo los últimos años las lecciones de Herbie Hancock) valen por igual a 20 o 30 canciones de Merriweather Post Pavilion. A éste, yo antepongo el disco de 2007 de Earthless o el de 2009 de Pelican. Hubieran estado más cerca del centro obrando de este modo.

El disco de Marylin Manson, The High End of Low no iguala su disco interior y es posible que vuelva a perder muchos fans con este nuevo trabajo. Con el anterior, porque Manson sonó muy adulto, con éste, porque no tiene prácticamente ni un minuto de buena música.

Beacons of Ancestorship es el verdadero álbum de Tortoise. A todos los restantes siempre les faltó algo.


Notas:

(1) Algunas publicaciones pueden no incluir Alhambra Love Songs por error y también debido a que trabajan únicamente con el pop-rock.

(2) Según lo creo, la crítica tradicional ha actuado en sólo dos cosas igual a mí: colocar a los Beatles en los puestos más determinantes y valorar en demasía a David Bowie.

(3) Sobre We Know About the Need realicé una reseña en julio de 2007 y que puede leerse en el siguiente link: http://blogs.montevideo.com.uy/hnnoticiaj1.aspx?5386,4498
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