martes, 17 de marzo de 2009

recapitulando

El tipo lo tenía bien pensado. Matarla y luego huir. Huir a algun país recondito, de esos a donde huyen los miserables. Todo era fácil. El móvil, el arma, el momento, ningún testigo, la perfecta sincronía. Había un faltante. No podía encontrar en su ser aquel sentimiento que lo motivaba a actuar. Le flaquearon las piernas. La vio ahi: hermosa, deseable, sin culpa. Maldita sea... a donde se fue ese sentimiento que lo había colocado en esa situación tan incomoda. Por más que busco en su pensamiento, simple y llanamente, no pudo hallarlo...

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