sábado, 24 de enero de 2009

Un día como cualquier otro.

Abrio las piernas y él entro. Hacía años que tenía ganas pero siempre había sido cobarde o demasiado preocupada para acceder a sus deseos. Ese día no se encontraba muy racional. La mente al parecer no le carburaba de la misma manera. Dijo cosas absurdas como "no me cabe..." "ay, mejor lo intentamos otro día, ¿no?", pero él no se detuvo. Por un lado estuvo bien, porque se hubiera acobardado para la siguiente ocasión. Y bueno, ya no había mucha marcha atras. Todo fue un proceso mecanico. Ella miro como su v.... entraba y salia. Muchas veces tuvo esa visión en su cabeza, pero ahora que era real, simple y llanamente no le parecía nada del otro mundo. Hubo dolor. Pero no el tipo de dolor que sus amigas le dijeron. Es más, hasta sintio un poco de aversión. Le dio un poco de hueva. El se tardaba mucho. Era una sensación a la que tenía que adecuarse. Por su mente pasaban diversas imagenes: su primer periodo, las veces que subio a la bicicleta y se lastimo la vagina, la primera vez que encontro el placer de la masturbación en la cama de su abuela (tenía frío y froto sus piernas, entonces en su centro de poder de repente un placer hasta entonces no descubierto hizo presencia... y de ahi jamás ha podido superarlo nada), la vez que la manoseo el primo de su prima (el abrazo del amor...), la pornografía y como la descubrio su papá y no dijo nada, los pechos de su mejor amiga (enormes y deseables), los roces en el metro...

Todas esas cosas comenzaron a excitarla. "sube tus piernas aquí" decía. Mecanico. Sus fantasias subían de tono. Ella estaba plenamente feliz por el torrente imaginativo.

Abrio más las piernas. Y ya.

Se levanto apenada. El se miro el pene y dijo "creo que sí sangraste".

Al fin. Su cuerpo la había traicionado. Espera que fuera normal que nada saliera de él. Pero un torrente rojo inhundo la habitación. Sus calcetas blancas estaban manchadas por hilos escarlatas que le corrían las piernas. Ella se rió histerica. Corrio al baño. Rojo, rojo, rojooooooo.

Se metío al agua fría. Se diluia. La tranquilidad de nuevo. Abrio la puerta preocupado "estas bien". Ella lo miro como si fuera un ladrón " que siiiii".

Se vistio a prisa. La acompaño al colectivo. Se despidieron. Ella no quiso mirarlo. Le daba una vergüenza increible. Su cuerpo LA HABÍA ridiculizado. En fin...

No quiso volverlo a ver. Que hueva. Además... él tuvio que limpiar su cochinero...

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