Ahora entiendo muchas cosas. Esa parte en la que pensaba que esto podía causarme adicción, una farmacodependecia irracional. Mi equilibrio espiritual se contrae de los cientos de pedazos que explotaban y se auto exploraban. Y pense en las cosas tan hermosas que me encantaría descubrir. Pero siempre las observe como un expectador apatico y violento que preferia ser más que un deleite desde la lejanía de una ventana.
La miel entre los labios, el denso aire caliente que circula entre los dos, el tiempo que transcurre en nuestro abrazo tugente... mirando como me tocas, como me haces sentir. Y entonces el mundo se contrae de nuevo. Y explotamos...
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