sábado, 7 de mayo de 2011

Como esperando Abril

Silvio Rodriguez llego en un momento valioso de mi vida. 13 años tenía, un padre estricto, una vida de trabajar por el pan, hormonalmente inestable era yo, así que le agradezco que poeticamente llegara para hacerme entender en la belleza de la trova.

No hay muchos lugares a los cuales refugiarse cuando eres un profugo social, e intelectualmente insatisfecho. Yo era pobre, timida y erroneamente inconforme con la religiosidad y el espanto de la guerra politica y la nausea por la corrupción en un pueblito del estado de méxico.

Así era yo. EN ese momento pensaba que mi vida era un asco, siempre me quejaba. Pero ahora lo recuerdo con nostalgía a mi tocando la guitarra, a mi haciendo un periodico escolar, a mi haciendo poesía anonima y pegandola en las paredes de la escuela.. a mi levantando el puño ante las injusticias.

Silvio fue parte de ese proceso, antes de él solo era una niña que quería un peinado beatle, enamorada de Paul McC y soñando volar en el tiempo para ser la pupila de lennon y amante de Bob Dylan.

Sería lindo volver a lo básico. ¿no?

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