Hoy tuve un ataque de pánico. Se apoderó de mi una desesperación sofocante. Cerre los ojos mientras mis piernas seguían caminando...
Lloré. Las lagrimas se deslizaban por mis mejillas a tal punto de era la unica manera de regular las emociones contenidas. Ni siquiera soy capaz de interpretar el porqué sucedio. Solo me tomo del cuello y lo sentí como una cuerda invisible.
I
Tengo 40. Miré el celular esperando un mensaje tuyo. Han pasado casi 3 semanas. De repente llego "¿Tienes tiempo hoy a las 2:00?". ¿tiempo?... Tengo 40... ¿Por qué juegas conmigo?
Es la segunda vez que me sucede esto. La primera vez fue con Antonio. Pero lo mismo, el mismo modus operandi. Desaparecer, horas, días, meses... y de repente, un tintilante mensaje. "quiero verte"...
Es como si me pusiera en una vitrina. Me quedo inmovil hasta que un mensaje me devuelve la vida. Recuerdo todavía que me terminaste por telefono. Hoy es una persona diferente, pero son las mismas formas.
"Creo que es mejor dejarlo así". No hay mucha resistencia de tu parte. Solo un "si quisiera coincidir. Perdón por no escribir antes". Y yo tratando de ser comprensiva cuando por dentro me muero de ansias "no te preocupes. Así eres. Ya no me busques". Y así fue. Dejaste de buscarme.
II
Tengo 40. Me miro al espejo y es espantosa la imagen que me devuelve. Una mujer obesa, sin chiste, mi piel (antes lozana y maravillosa) hoy se siente diferente, el parpado empotrado, las canas, las arrugas en la boca, ¡Canas en las cejas!... Nunca me había dando cuenta de lo linda que había sido hasta ahora. Cada día siento que me hundo más. Y luego esa sofocante sensación viene de nuevo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario