jueves, 18 de diciembre de 2008

Fabulas Zaragozanganas

Para Moni, en su eterna obsesiòn (pasada) por un conejo. Con mucho cariño amiga.
Recordando los viejos tiempos amiga!!



... Erase una vez en los reinos de la cabeza de Juarez, un feudo raquitico ubicado en las lejanías de Ejercito de Oriente, donde habitaba un aprendiz de artesano de palabras llamado George (quién, por cierto, perdió su noble corcel al estrellarlo en reversa contra una yegua aledaña). Pese a que su vocación era artesano de palabras, George se dedicaba a estudiar el antigüo arte de la alquimia.

Un buen día el joven George le encargó su bitacora de Ciencias Básicas Ocultas III a la aprendiz de bruja Monique mientras huía furtivamente de una deuda de juego perdida ante aquel ser mitad Muppet mitad cochinito (y el más íntimo conyugue de la mamá de la Boa).

Fue entonces que la aprendiz de bruja se encontró en una encrucijada. ¿Debía salvar el honor de su joven adonis o debía retirarse con cero granos de cacao ganados y cero perdidos?...

Finalmente se decidió por lo primero y convocó al corazón de las cartas poniendo en juego sus hábilidades en la baraja consiguiendo en la primera contienda derrotar al Señor Heriberto. Sin embargo, un lacayo del apuesto, fornido y muy bien parecido príncipe Bob, llamado Ulises el Loco, ocupó el lugar del Señor Heriberto en el juego, con una sed de venganza reflejada en sus pupilas. Pero ni toda la furia ni embate o hábilidad lograron intimidar a la aprendiz quién salio triunfante de esa contienda; finalmente fue derrocado aquel ser mitad muppet mitad cochinito cuyo nombre fue develado en señal de rendición: Carlos V.

De pronto, los cielos se abrieron y un rayo de luz ilumino al principe apuesto, fornido y muy, pero muy bien parecido Bob, quién llego a limpiar el buen nombre de sus lacayos y compañeros de nectares fermentados poniendo en garantía la mitad de sus tierras como prenda de apuesta.

Y así comenzo la verdadera contienda, donde los ánimos y la apuesta subian en forma burbujeante, un par de veces, y con todo el dolor de su alma, la aprendiz de bruja con un hábil jugada derroto al fin al principe Bob obteniendo una ganancia neta de 10 granos de cacao (perse a las satiras de que solo era una novata), demostrando así su nobleza y casta redentora, recuperando el honor de su buen amigo Gerorge.

Sin embargo, Monique, que era una foranea, no le fue posible entregar prersonalmente el botín y envió a su amiga mitad juglar mitad hechicera a entregar tan alta suma al aprendiz de artesano de palabras que estudiaba en el feudo ubicado a las orillas de Ejercito de Oriente y perdió su noble corcel al estrellarlo de reversa con una yegua aledaña...

¡¡Y vivimos felices toda la clase de Bioestadistica!!

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