martes, 12 de febrero de 2008

Me dejas que te toque las ganas?

Partía el trueno el cielo con una furia que la naturaleza sabe dueña. Segui mirando al cielo y recorde aquella anecdota de mi abuela y los 3 muertos que hubieron en su casa en la caida de un haz de luz en noche de tormenta. Me refugie en los brazos del sillón esperando que el rayo no sientiera que era el turno de extinguirme. Pensé en todo: en Dios, en el Nihilismo, en mi recién adquirido dogma de fé... todo perteneciente a la misma mierda que tiene por objetivo el arrepentimiento. Ultimamente me arrepiento de todos los sucesos en mi vida, como si me sintiera una criminal suelta, mediocre, pero al fin delictiva. Terribles esperanzas y anhelos, cosas del otro mundo que tintinean en una lucesita que captura la luz y la expande, para luego desaparecerla en una ristra de trozos humillados al suelo... nada más. Así describo mi estado de ánimo, mi saciedad, mi interés por las letras y las personas, la impersonal alegoría del mutismo, del jovial arreglo de mi ser. Pero ese ocio me hace sentir inútil e intermitente. Por una vez en muchas he pensado que tu estas ahi pero no te encuentro. Esta tu muerte, tus huesos, tu carne, o estuvieron. Sigo sin asentar la idea y monocromarla para poder distinguir las tres dimensiones de tu espuma y evocarte, recordarte, sentirte, pertenerte y llorarte. Pero no entiendo donde estas o donde puedo hubicarte. Puede que sigas en una balsa acompañado de muchas mujeres atractivas creyendo que hay algo más que la belleza exterior (para lo cual, eso es una fantasia muy burda, no?). Por otro lado puede que estes en el teatro solo, sobre la curva monotona de tu mujer, etiquetando los errores para poder comentarlos y atraviado por la belleza del 7° arte, pensando "Que carajo! Por que no me entiende? ". O estas simplemente ahi, en un escaparate, probandote ropa nueva que parece vieja, intentando desagradar a tu madre y ansioso de perder unos kilos, o de que tus manos grandes no te estorben en los momentos delicados de tu creación, desfilando por el rutinario camino de la espera, con un montón de cosas en un significado patetico y obtuso. Ese es tu desafio: mirar y encontrarme...

Pero sé, muy en el fondo, que es pura fantasia, que no existes para mi ni para hacerte real, eres como una persona que trasciende y luego se difusa... con la caida del rayo. Miro mi libreta y ahora es azul.

Le escribo a un ser imaginario, un eterno ficticio que derrocha ambiguedad. A veces tienes el cabello largo y rizado, otras corto. Se me da por imaginar tus cejas macizas o viliformes. la tersura de tu piel como la lija por tu barba, pero siempre, siempre, en cualquier fantasia eres alto y tienes manos grandes. Eso eres tu: alto y de manos grandes.

Lo terrible es.. que.. si eres real yo soy la que no buscas.

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