Ya son varios días. Varias veces sin tus besos.
¿Qué era lo que más me gustaba de ti? ... Todo.
A estas alturas ya ni te has de acordar de mí.
Y supongo que lo tengo merecido, por amarte tanto y quedarme sentada esperando que me amaras igual.
La vida es esta.
Cierro los ojos mientras gruesas lágrimas se deslizan por mi rostro.
Te ame como a la vida misma. Y como a la vida misma, te agradezco tu presencia. Aunque me faltes.
Te amo, Antonio. Siempre te voy a amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario