lunes, 13 de octubre de 2014

Sentimientos

Muerte

Tememos tanto a la muerte.  Tememos al olvido, a la culpa, dependiendo del lugar en el que nos encontremos.  Si como muerto o como el que queda.  Tememos a la soledad, al deporte que es seguir viviendo.  Tememos a cómo será, quién asistirá, por qué tenemos que morir.  Tememos a los espacios en blanco, a no tener coherencia, tememos a las muertes poderosas, contundentes, estrepitosas.  Más allá, tememos al dolor.  Aquel que nos queme, que nos colme, que exija más allá de nuestras fuerzas. Tememos al más allá, a la crudeza de los avernos o no alcanzar el paraíso.  Tememos que nos mientan al respecto, de seguir experimentando cosas después de despedirnos.  Tememos al temor y a la contundencia de nuestros actos.  Vigilantes ante el ojo de las Divinidades.  Asistir a nuestro propio proceso de descomposición y a nuestro aletargamiento confuso.  Tememos, ¿por qué tememos a todo? Por la falta de certeza. Pero aquellos que tienen los días contados, ¿por qué temen? El preso al que le suministran la inyección letal, al sicario capturado por el contrario, al secuestrado qu

No hay un golpe letal que más nos aqueje que aquel que no sabemos por donde llegará ni con la fuerza determinante con la que nos marca.

Amor

te tome en mis manos y deje que te deslizaras por cada partícula de mi piel.  Te sostuve la mirada y me supe perdida, inconsciente y vivencial.  Tomé lo mejor de mi y lo ofrende, como una mariposa salida al sol en su primera mañana, tome tus muslos y los olí.  Mi primer pensamiento después de que mis afectos se volvieran macabros, fue dormitar en tu hombro hasta el amanecer de todos mis días.  A veces siento que soy demasiado exigente y que no debería obviar tus "te amo".  No sé si vivir al pie de la colina de este sentimiento, o traspasar ese túnel y llevarte conmigo en el bolsillo.  Así somos, partes de un universo que nos colma.

Soledad

Te quise, te quiero.  Te amé, te amo.  Te pierdo, te perdí.  Fueron palabras que se deslizaron por mis labios y mi pensar.  Mi dirección, mis hábitos esperan... siempre en stand by,




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